Nuevos cambios en la API de Twitter confirman nuestras sospechas: A la red social de microblogging no “le gustan” las aplicaciones desarrolladas por terceros, sobre todo aquellas que funcionan como clientes para el uso de la red social y que le hacen “sombra”.
Twitter ha anunciado en su blog una serie de cambios en la forma en que los desarrolladores utilizan su API, entre los que se incluye una restricción clara: Toda aplicación que acceda a los datos del timeline del usuario, envíe mensajes directos o pueda hacer cambios en la configuración del usuario, y tenga más de 100.000 usuarios, tendrá que solicitar a Twitter un permiso para funcionar.
Eso en el caso de nuevos desarrollos, pero ¿qué pasa con aplicaciones como Klout, TweetBot, UberSocial, Echofon, Storify… que ya funcionan, requieren acceso a los datos mencionados y tienen más de 100.000 usuarios? Pues en el blog de Twitter aclaran que estas tampoco escaparán de la restricción: Al duplicar su número de usuarios actuales deberán ponerse en contacto con Twitter y pedir el mismo “permiso” para funcionar.
¿Qué busca Twitter con esa jugada? Particularmente creo que es una forma de rentabilizar su negocio. Bien sabemos que uno de los problemas que tiene la red social de los 140 caracteres es que no ha dado con un modelo de negocio rentable, mientras que hay aplicaciones basadas en Twitter que sí que lo han conseguido… La medida entonces apunta a que este “permiso” que debe dar Twitter será previo el pago de una cantidad determinada a manera de concesión por el uso de su API.
Sin embargo, en el mismo post publicado en su blog, la red social nos muestra el gráfico que os dejo más arriba, y que explica qué tipo de las aplicaciones quiere impulsar, destacando su interés en las que tienen que ver con el uso empresarial, tipo las que sirven como CRM o para medir la influencia de ciertos usuarios por ejemplo.
En cambio, las que son tipo “clientes” y que recuerdan o imitan el funcionamiento de Twitter deberían dejarse de desarrollar, vamos que deberían incluso ir desapareciendo… Y es que en el post recuerdan que hace 18 meses se recomendó que no se desarrollaran este tipo de aplicaciones que prácticamente sirven para lo mismo que la red social.
Así las cosas, la medida de solicitar una “autorización” si tienes una aplicación con más de 100.000 usuarios bien puede ser entonces una estrategia para “guiar” a los desarrolladores. Queda claro que el pajarito azul no está dispuesto a tolerar que nadie le haga sombra… Al menos sin pagar.
En fin, que toca esperar a ver cómo se desarrolla este proceso, dado que Twitter ha dado unos plazos para que las aplicaciones hagan los cambios necesarios.
Si se cumple la sospecha de la “licencia” que quieren cobrar, quizás veremos entonces que muchas aplicaciones basadas en Twitter y que son gratuitas comenzarán a cobrar, o bien a desaparecer; mientras las que cobran simplemente intentarán subir de precio para poder pagar a Twitter y seguir siendo rentable para sus desarrolladores. Cuestión de esperar.
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