Hubo un tiempo en el que para BlackBerry el dinero crecía en los árboles. Pero eso era otra época. Otra era. Entonces se llamaba RIM y no había ejecutivo o adolescente que no quisiera pulverizar sus dedos en uno de sus icónicos teléfonos QWERTY, pero la situación actual de la empresa dista mucho de aquellos de vacas gordas. La firma canadiense se encuentra ahora ante la necesidad imperiosa de encontrar dinero contante y sonante para pagar a sus proveedores y lanzar nuevos teléfonos, motivo por el cual ha vendido la mayor parte de sus propiedades inmobiliarias en su Canadá natal.
BlackBerry ha anunciado que se desprenderá de cerca 300.000 metros cuadrados entre oficinas y terrenos no edificados con el fin de ganar liquidez a corto plazo, tras lo cual volverá a alquilar algunas de sus antiguas pertenencias. En estos momentos no está del todo claro si la compañía conservará en su poder las oficinas centrales de Waterloo, si bien John Chen, CEO de BlackBerry, se ha comprometido a mantener su sede en Waterloo. El proceso de venta (o ventas) se espera que esté finalizado hacia el primer trimestre del año fiscal de 2015.
La maniobra de BlackBerry recuerda bastante a la realizada por Nokia a finales de 2012, cuando la firma finlandesa vendió su cuartel general en Espoo para aprovisionarse de fondos y pasó a ocuparla como arrendatario. Los fondos que BlackBerry obtenga con la venta de sus propiedades le permitirán invertir con más fuerza en el desarrollo de nuevos productos troncales esencialmente centrados en el mercado profesional.
fuente / engadget
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