Si bien la milanesa de pollo es uno de esos típicos platillos con sabor latino que cada país disfruta a su manera, hay ciertos secretos para prepararla que se comparten en todas las cocinas latinas. Así que no importa si prefieres la milanesa de pollo con sabor mexicano o si prefieres una milanesa estilo cordon bleu, lograrás un platillo de primera si conoces los tres secretos de la milanesa perfecta.
Secreto #1: pollo de buena calidad
El pollo es tu punto de partida. Empieza con pollo bajo en grasa, deshuesado y sin pellejo. Compra pechugas que estén frescas y que puedas aplanar como a 1/4 de pulgada (un poco más de medio centímetro).
Cuando empiezas con pollo de buena calidad el resultado es una milanesa jugosísima.
Secreto #2: empanizado con sazón
El empanizado es la capa principal de sabor. Antes de darle tu toque personal, reúne los ingredientes básicos: huevos, pan molido ¡y una sazón digna de toda cocina latinoamericana! Luego agrega tu toque personal, como queso parmesano rallado o una pizca de chile.
Un empanizado bien elaborado y sazonado hace la diferencia en el sabor de tus milanesas.
Secreto #3: cocción a fuego medio alto
Este es el paso más importante, donde la milanesa cobra vida. La clave es controlar la temperatura y cantidad de aceite en la sartén. Por lo general no necesitas más de 4 cucharadas de aceite vegetal. La temperatura debe estar a fuego medio alto y no hay que cocinar muchas pechugas a la vez, para que así se cocinen de manera pareja y el aceita mantenga su temperatura.
Las milanesas cocinadas en su punto quedan crujientes y conservan tu sazón personal.
¡A comer!
fuente / huffingtonpost
imagen / imba
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