Exactamente un año después del polémico cierre de Megaupload por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos a instancias de las grandes compañías editoras de contenidos y de las organizaciones de derechos de autor, Kim Dotcom ha puesto en marcha la máquina con la que piensa cobrarse su venganza. Con intereses.
Tras varios meses de insinuaciones, Mega ha echado a rodar. El sistema de almacenamiento en la nube sucesor de Megaupload nace ofreciendo 50 GB de espacio totalmente gratis y la mejor protección posible frente a las acciones de las compañías que llevaron a Megaupload al patíbulo: ni un solo servidor en los EEUU y un sistema de cifrado RSA de 2.048 bits con el que teóricamente todos los archivos estarán a salvo de cualquier persona que no tenga sus llaves. Las llaves se generan en el cliente, de forma que Mega no puede conocer el contenido de tus archivos y por tanto tampoco se le puede acusar de romper la ley. Es en esencia la versión vitaminada de Dropbox y Kim no tiene reparos en avisar a sus críticos de que Mega tiene tanto derecho a existir como su gran rival.
Inicialmente Mega sólo funciona con navegadores web, pero la integración con Windows está en camino y algo más tarde deberían suceder lo mismo con OS X y Linux. También más adelante llegará un procesador de textos en la nube al más puro estilo Google Docs y un cliente de mensajería instantánea, poniendo a Google en su punto de mira. Curiosamente, Mega recomienda el uso de Chrome en su propio sistema de subida de archivos por cuestiones de funcionalidad y seguridad.
Otro punto fuerte de Mega es el precio. Ahora mismo se ofrecen 50 GB de forma absolutamente gratuita y sin molesta publicidad. Quien haga corto o no desee pelearse con el ancho de banda tiene a su disposición planes de 500 GB, 2 TB y 4 TB por 10, 20 y 30 euros respectivamente. Si miramos a algunos de sus rivales, decir que es competitivo es quedarse cortos.
fuente/engadget
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